En 1886, estos suelos extensos eran campos deshabitados, cubiertos de hierbas y arbustos espinosos, sin un río. Las posibilidades de vivir en un lugar así, eran mínimas.
Sin embargo, José Bernardo Iturraspe y otros colonos comenzaron a comprar terrenos que el Estado Nacional vendía. Llegaron inmigrantes italianos, españoles, suizos y también, alemanes. Y fue la llegada del ferrocarril en 1888 que impulsó la construcción de más casas y de negocios porque la economía local, sobre todo, la agricultura crecía notablemente.
¡Mucho para ver y para recordar! Sólo hay que esperar un ratito.